Un complemento unisex, moda, estética y símbolo de elegancia, además de herramienta de apoyo y en ocasiones de defensa.
Utilizados como bastón de mando desde el arte Paleolítico, como en épocas egipcias y griegas. Referencia de bastones aparecen en textos de la biblia o atributo de obispos y gobernantes.
El siglo XIX, su momento de mayor esplendor que convierte al bastón en un objeto que marcara el estatus social de su portador.
Una amalgama de bastones históricos, en los que destacan con la curva clásica en la parte superior con gran difusión en todas las épocas. El milord utilizado en la Inglaterra del siglo XVIII y XIX, con remate en la parte superior de forma recta. Con empuñadura de tipo pomo, aplanado, torcido o de forma irregular. El de empuñadura de ópera, difundido en el siglo XIX en ambientes de época o el bastón con apertura de reloj el más clásico utilizados por la burguesía del siglo XIX.
El bastón utilizado como arma los denominados de estoque, que esconden en el interior de la vara un puñal o espada, de moda en el siglo XVIII cuando se dejaron de portar espadas para protegerse no dejaban de ir armados, pero más discretamente.
Lo que daba notoriedad al bastón son sus empuñaduras, relojes, cabezas de animal, brújulas, joyas, mangos escultóricos, y realizados de materiales, como marfil, oro, plata, bronce o con piedras preciosas.
Las mujeres lo utilizaban como complemento estético, más ligeros y estilizados y con empuñaduras más decoradas.
Existen y han existidos bastones excepcionales como piezas exclusivas alcanzando precios elevados en el mercado.